Macetas

Solemos fijarnos mas en la planta que compramos que en la maceta que usaremos para ella. Sin embargo, tarde o temprano deberemos reparar en la maceta mas apropiada.
Si cultivas una planta en un balcón o sobre una mesa, el peso de la maceta debe ser el mínimo posible, ya que son más fáciles de movilizar y dañan menos las superficies en las que se las apoyan.

En las macetas profundas, rellena el fondo con plásticos u otro elemento parecido, para evitar que la tierra pueda manchar el suelo. Este truco es e recomendable solo para las plantas tupidas, pero que no necesitan echar raíces largas.

Para el caso de que la planta sea muy liviana, debe realizar el proceso inverso: aplique unas piedras o elementos pesados en el fondo para que la maceta pese más.

También es una buena idea colocar una tela sobre la base de la maceta, para que no se resbale de la superficie en la que está apoyada.

Al comparar la maceta, ten muy en cuenta su peso, en función de la plata que le va a colocar. Las que están fabricadas con hierro, arcilla o piedra, son las ideales para los patios, ya que tienen mucha estabilidad.

Si prefieres cambiar constantemente la ubicación de las plantas, o las pones en un lugar con una base poco firme, el plástico es el material más apropiado, gracias a su escaso peso.

Las clásicas macetas de arcilla tienden a rasgarse si están en el exterior, durante el invierno. Y aunque vivas en un piso (y no tengas patio exterior o balcon mínimamente extenso), lo ideal son las nuevas macetas de plástico terra-cotta que son muy parecidas a las de arcilla pero son más fáciles de limpiar, y se rompen menos. Hemos visto algunas de estas en Florencia, con sus diseños toscanos, y apenas se podrían diferenciar de las tradicionales de arcilla roja. Los mejores modelos plásticos son bastante caros, a menudo tanto como la arcilla, pero duran para siempre y pueden dejarse a la intemperie durante todo el año.

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